martes, 16 de diciembre de 2014

Los pateticos y las moscas circundantes

- A mi no me reconocen mi esfuerzo…
Existen seres, que ya le encontraremos un nombre. “Personas” que hacen del patetismo y de su condición de pobre ser, una cultura de la culpa para conseguir beneficios para salir de donde están. Ese estado de estancamiento creado por la propia construcción de su castillo de patetismo. Como si ellos tuvieran el patrimonio de pasarla mal en la vida, en el día a día.
No hay nada más patético que mendigar, apelando a ser un pobre tipo que nadie valora lo que hace. Tal vez lo que haces, no tiene valor para los otros. Pero en el egoísmo de ser buenos en lo que hacen y pensar que lo que hacen le debería importar a todos, buscan la excusa de que nos son valorados, la repiten una y otra vez.
- Lo que yo hago está muy bueno, es diferente…La repetición crea el paradigma, ejerce cierto sentido de a mayor veces es dicho e insinuado de forma sutil. Al mejor estilo propagandístico, durante el tiempo necesario puede crear un ambiente que lo beneficia. Haciendo que su alrededor crea que lo que dice es verdad, llevando esa cultura de patetismo y auto lástima. Hasta obtener lo que quieren a cualquier precio, entregando ideales, creencias y sobre todo la condición humana de luchadores. Supervivientes en busca de una meta que te genere esa alegría que te llena.
Ahora que los explique, riámonos de ellos con sorna. No hay nada más rastrero que mendigar reconocimiento, simplemente porque lo que te importa no es ser bueno en algo o hacerlo bien. Hipócrita. Sino lo que dice el otro, los otros, lo que opinan y vivís pendiente de eso.
Apelar a la lástima, a la culpa de los otros para conseguir algo que tal vez no puedan mantener. Es muy gracioso pensar cuanta gente de este estilo construye un castillo de naipes para conseguir la ansiada cúpula de oro que termina derrumbando el palacio, dejándolos donde empezaron. La nada.
- Yo no voy a dejar que le hagan a otros lo que me hicieron a mí…
Dejando las metáforas, Estos manipuladores de poca monta, devaluados. Cuando consiguen el objetivo muestran lo que son verdaderamente, sin la máscara son déspotas que atacan a los que están por debajo de ellos. En caso de conseguir un puesto de trabajo superior a otros. O socialmente destacando su importancia ganada de forma patética y minimizando los logros de otros que ve como rivales de su gloria ganada de manera leal y merecida.
Son manipuladores devaluados, poniendo sus energías en parecer dejados de lado y buscando en la mirada del otro el punto de referencia de lo que quisieran ser. El patetismo me da risa al final, porque al principio como a todos les creo. Hasta que me doy cuenta a donde están llevando las cosas, sus discursos repetitivos intentando mendigar apoyo en su cruzada. Para conseguir algo, que tal vez los llene un rato, pero sin esfuerzo verdadero al poco tiempo es solo un hueco que tienen que volver a llenar. Avaricia.
Todo lo que gastan, tiempo, fuerza, repetición, posturas y hacer un seudo culto de su existencia triste. Cuando pudieron pelearla y ganar, con esfuerzo un lugar, su sitio y estar llenos, conformes con ellos mismos.
Son manipuladores devaluados, condenados a caer, tarde o temprano, de los que nos reímos por atrás. En secreto para que no nos manchen con su discurso de moscas muertas y culto a la culpa. Porque dan tanta lástima que seguro por las noches se miran a los espejos contentos por todo lo que lograron…