martes, 5 de mayo de 2015

ciegos, negadores, justificadores y boludos temporales

Otro domingo donde terminamos en el bar de siempre. Solo es un lugar donde podemos charlar impunemente, los de la otra mesa no nos conocen y eludir un rato la realidad lo que queda del día o exorcizarla, antes de empezar una nueva semana.
Mujeres, deportes, negocios, parientes, nuestros trabajos y el forro de nuestros jefes.
Emilio buscando la esperanza de que todo mejorara, Pablo surfea lo podrida que pueden estar las cosas, el Tano disfrutando su nueva vida y yo aceptando que la vida en gran parte de sus momentos es una mierda. Emilio sufre por amor, Pablo porque no tiene tiempo y la maquinaria capitalista social lo exprime. El Tano intenta recuperar el tiempo dejado atrás. Yo solo estoy aburrido de todo otra vez.
Como todos los hombres, cada uno aunque sea una vez, ha amamos a la mujer incorrecta o demasiadas a muchas mujeres incorrectas, pasa, no solo eso, sino que salimos un tiempo. Hasta que todo se pudrió mal, porque el amor te convierte en un ciego, negador, justificador y un boludo temporal.
- A mi dijeron Game Over – el niño que cree que todos en su camino son buenos -.
Emilio la amo desde que la conoció, diabólicamente bella y joven al igual que él compartían la segunda característica. Funciono varios años porque pasaban poco tiempo juntos y aun menos los dos solos. Ella siempre prefirió a sus amigos y al minicraft. Emilio siempre la justifico con que veía poco a sus amigos y cuando estaban cerca periferia que ella aprovechara para verlos. El último año ella lo dejaba y al tiempo volvían, una y otra vez, cuando terminaron la secundaria ella lo dejo definitivamente. Se dio cuenta que él era solo ese entretenimientos entre sus amigos y jugar minicraft, si lo dejo por un juego de video…
- No era más la persona que conocí, el postmodernismo estaba al acecho y me devoro – el hombre que volvió del pasado y la lujuria estaba ahí -.
El Tano estuvo mucho tiempo casado, desde joven, pero un día la bocha le hizo explosión. Se levanto dándose cuenta que la mina agradable y dulce que conoció durante su juventud era ahora un ser amargado, enfurruñado y que pensaba individualmente y no en ellos. La dejo y se dio cuenta que había estado fuera del sistema demasiado tiempo y cuando intento reinsertarse el postmodernismo lo devoro. Primero un viejo filo, levante de la adolescencia con problemas de bipolaridad, de esas que un día están con su novio, otro se separa y hacen la suya, y al otro día vuelven con su novio. Después la piba que le gusta que la aten, el sexo fuerte y que la ahorquen, todo un quilombo familiar y un complejo de querer ser el centro de atención. Por último estaba esa mujer que pedía disculpas mientras lo cacheteaba, lo besaba, le daba ganchos al estomago, lo besaba, lo ahorcaba y lo besaba de forma secuencial. La sadomasoquista que se encontró una noche en la plaza de 43.
- Pensé que era normal, un 5 estándar, pero era una loca y quería saber que había al final de las mentiras – el crítico social que toma cerveza negra acodado en una mesa alta -.
Ella era algo que parecía normal, en quien se podía confiar y tal vez construir algo. No era fea, pero tampoco una mujer hermosa por la cual los hombres giran la cabeza al verla pasar. Pero resulto estar de bonete, muy chapa hasta se pudo un poco psicópata cuanto todo termino. “si no sos mío, serás de nadie” esa gente que lee Shakespeare y se lo toma muy enserio. Llamadas en la madrugada y cuando atendes del otro lado nadie habla. Pero en el círculo que ella se movía era obvio que estaba tocada.
La culpa siempre fue nuestra, ellas jamás tuvieron un poco de culpa en todo este asunto. Nosotros fuimos los ciegos cuando empezaron a aparecer cosas que no eran normales, y los problemas. También fuimos los que negaron cuando todo se estaba yendo al tacho y buscábamos la solución como si se pudiera. Que la banda siga tocando mientras el titanic del amor se hunde, campeón. Fuimos los que justificamos las acciones poco ortodoxas y las charlas donde escuchábamos frases como “no estoy lista para algo así” “sos demasiado para mí, pero te seguiré amando” “no sos vos, soy yo” ”quiero volver a intentarlo con mi novio, darnos otra oportunidad” y otras frases. Sobre todo somos boludos temporales, porque sufrimos y lloramos por los rincones por algo que años después no dará vergüenza ajena por hacernos problema por algo que a la vista detallada y en frio era una pérdida de tiempo.
Lamento comunicarte que todo en algún momento, sin restricción de sexo u origen seremos unos ciegos, negadores, justificadores y boludos temporales. Pero sábelo, se pasa.

La patada que no ves venir porque te confias