miércoles, 26 de agosto de 2015

Simpatizantes del B.A.C.O football soccer futbol Club

Una copita no le hace mal a nadie, pero a veces es el primer paso a una serie de hechos que te llevaran al bochorno y al abismo. Desde los tiempos de las antiguas fiestas bacanales hasta las actuales, conocidas como previas antes salir. Aunque a veces deberías ser conocida como previa al ridículo y la vergüenza con la que uno se levanta al día siguiente a médica que va recordando lo que sucedió la noche anterior.
Todo empieza con un festejo, a veces está planeado que haya un payaso en la fiesta y se invita al borrachín amigo simpático. Se empieza con una copa, pero la masa suele ser mala consejera y el bebedor social cae presa del esas deliciosas bebidas con contenido alcohólico. Hay diferentes tipos de bebedores, que pasaremos a reconocer a los más pintorescos y que uno recordara de algunas fiestas.
El bebedor ordenado, es un tipo que ante el ofrecimiento de otro bebedor de un vaso responde con seriedad “no hay que mezclar, a mi déjame con este vinito”. Aparentemente un ser responsable, pero que cuando se acaba en vino y esta entonado por el influjo del alcohol olvida sus palabras y le entra a cualquier liquido.
El bebedor del vaso infinito, este personaje siempre tiene el vaso lleno y jamás lo veras acercarse a la mesa a servirse. Es como un mago, un elegido del Dios Baco al que la gracia y otros impiden que su vaso se vacié. Dueño de una mirada picara y un futuro incierto entre el ridículo en la reunión o quedar como un dandy.
El hipócrita del vaso infinito y el bebedor responsable, estos dos seres que son distintos, pero algo parecidos. Los primeros, solo mojan sus labios en el líquido dentro de su vaso observando la fiesta y no quieren emborracharse sino ver quien lo hace para mofarse de ese ser. La escusa del vaso lleno les sirve para moderarse y evitar ser arengados hacia el alcohol por otro bebedor. Los segundos, no quieren hacer el ridículo o emborracharse por lo que tener el vaso lleno les da cierta aura de tomador aunque solo pruebe la bebida cada tanto. No dicen que son conductores responsables a menos que sea que estén en un bar para evitar el grito de “no seas putito y toma”. Ambos especímenes eligen bebidas que cuando estén calientes puedan ser enfriadas con hielo sin perder su encanto.
El rescatador de vasos, ya atrapado en un frenesí jocoso cuando va de grupo en grupo desparramando alegría a la pregunta de ¿Dónde está tu vaso? Responde mirando sus manos y alrededor, “estaba por acá, ya fue servime acá”.
El embriagador, suele llevar una sonrisa en la cara maligna y se dedica a llenar los vasos casi vacios. Que no falte bebida, a veces lo hace de atento y otras de destructor porque quiere ver a los otros borrachos para divertirse y reírse de ellos.
El bebedor responsable, es aquel que ya entonado por decirlo y al borde de empezar a perder el control decide que es una especie de inspector de moralidad. Entonces abusando de la frase “deja de tomar voozz, ya estas borrachoo” va quitando vasos por la fiesta o reunión.
Existe cierto asombro o podemos decir que cruel diversión cuando uno entra a un fiesta donde la mayoría esta bebido, por no decir que están del churrete. Entonces observas todas esas caras desencajadas al borde de ser el cast de una peli de terror de Carpenter.
Tenes a los que gritan cuando hablan, aunque ellos creen que están hablando normalmente. Están los bailarines, hay los que están en parejas que parecen normales, pero cada tanto tiran un paso que roza con la lesión muscular y el bailarín individual descontrolado, extasiado por la música que se mueve como un monje shaolin que se está electrocutado.
Porque a veces el alcohol te da poderes, eso creemos y no me refiero al poder de caer en el ridículo. Sino en que nos envalentona, entonces alguien te contesta mal y todo termina mal. También nos saca la vergüenza y nos acercamos a esa persona que nos gusta para hablarle y queremos quedar como unos campeones. Pero la otra persona solo ve a una persona con los ojos desorbitados, la cara desencajada y al que se le patinan las S intentando llevar una conversación. Que claramente o llena de temor al interlocutor o pierde toda chance de algún día estar cerca de concretar algo con esta persona.
Los que salen corriendo sin razón, los que desaparecen sin decir nada. Los que vez caminando por la calle con rumbo a quien sabe dónde y de repente tira una rabona a lo Marcos Rojo, pero sin pelota que básicamente casi les amputa su otro tobillo y caen al suelo. Los que se duermen en cualquier lugar, desde una parada de micros, contra una pared, en un rejunte de sillas o en una plaza hasta que un policía te despierta cuando el sol está llegando al mediodía.
Todos hemos estado en algún encuentro del B.A.C.O football soccer futbol club y hemos disfrutado de diferente manera y actuando de diferente forma. Desde reírse de otro y no te hagas el hipócrita que nunca te burlaste de un borrachín ocasional, hasta aquellos que han disfrutado del ridículo.
Un abrazo a los que se despertaron en una casa ajena desnudos sin saber que paso anoche; a los que estuvieron un par de horas abrazados a un inodoro llamando a Hugo; a los que no encontraban el camino a casa; a los que no podían hablar para decirle al taxista a que dirección iban; al los que van a los puestos de choripan a comer ese manjar después de una noche de alcohol, que sobrios en sus cabales jamás comerían eso; a los que conocen gente en fiestas tomados y después los encuentran en la calle teniendo que fingir que se acuerdan de esa persona y de su nombre; a los que gritan “fondo blanco” y un boludo les hace caso; a los que se caen repetidas veces y al otro día se preguntan porque tienen esos dolores; a los que se deprimen, les preguntas que les pasa y se largan a llorar; y todo el resto incluidos los que gritan “todavía es temprano” cuando salen del boliche/bar/fiesta/ disco y el sol esta allá arriba.

La gente que no recuerda lo que hizo la noche anterior, claramente está mintiendo y los repudio.