jueves, 26 de junio de 2014

Los boludos que se mimetizan…

No hay nada más peligroso que un boludo con buenas intenciones, definitivamente son los monos con navaja de la posmodernidad en la que vivimos. Son como bombas de tiempo que quieren ayudarte y terminan explotando partes de tu vida. En cambio el boludo con mala intención es menos peligroso, claro sus malas acciones están regidas y luchan contra su propia boludez.
Pero existe algo llamado, el boludo que se mimetiza. Es ese personaje que no parece un boludo, hasta que estalla y siempre es en una situación límite. Es como un camaleón que parece piola, un tipo copado (cutre) que apareció en nuestra vida y llegas a decir, que grande este flaco/a debí conocerlo antes.
Lo que no sabes es que es un boludo mimetizado que termina mandándose un bien gorda, como levantarse a tu hermana y enterarte por ella. Querer ayudarte a levantarte una mina y levantársela él por accidente, te pide disculpas pero sale con ella. La boluda que le decís, “me gusta ese vestido” y se lo compra para ella. Esa mina que deja a tu hermano por tu mejor amigo y te pone en medio de un huracán (¡ma que huracán es un tsunami de quilombos!). Es la persona que te mete en cosas tan disparatadas como que compro un camión de doggy robado y se lo quiere vender a la mafia rusa porque cree que es un gran negocio.
Este ser, otro más de este bestiario urbano que he estado presentado en este año y monedas. Es indetectable hasta el momento que demuestra su boludez de pura cepa, y ese momento cambia la relación para siempre con esa persona. Es como si todo ese tiempo anterior a esa gran ignición de boludez hubiera estado aguantándose para no demostrarlo y libera todo junto.
Yo podría ser un boludo mimetizado, vos podrías serlo y porque no él. Pero la forma más segura de darse cuenta que no sos uno de estos boludos mimetizados, simple, porque él no se da cuenta de su gran acto de boludez y cree que es correcto, está bien su proceder. Lamentablemente nadie zafa de encontrarse con uno de estos boludos, me remito a la triste historia de Emilio. Viejo abonado a este blog con sus paradójicas anécdotas y llenas de mala suerte (leche).
Emilio conoció a la mujer perfecta para él (cada hombre tiene una ideal de mujer perfecta para sí, la mujer perfecta a grandes rasgos no existe). Una chica aparentemente buena, muy bonita y para el gusto de Emilio con los pechos del tamaño justo para sus manos. Compañera que le ceba mate cuando estudiaba, jugaban juntos a la play y el podía hacer el sacrificio de bancarse un disco de Shakira por amor.
Lo que Emilio no sabía, era que ella era una boluda mimetizada a punto de explotar en una reunión familiar. Le pareció raro que no quisiera sentarse junto a sus primos de conurbano, o que no quisiera bailar con su primo al que llamaban el negro y todos esos chistes racistas que hacia cobraron otro sentido. Sobre todo cuando la abuela de 93 años apoyaba cada chiste como si fuera una verdad de la vida, pasa que la abuela es anciana y la gente de esa edad tiene la obligación de ser facho como mirtha legrand.
Resulto que la rubia era nazi, además de ser una boluda mimetizada y el colmo fue cuando le dijo que tenía una familia de negros y cuando se casaran no lo iba a dejar entrar a la casa. Ese comentario lo escucho la prima de Emilio, Lorena que aparte de tripera (hincha de gimnasia) es piba de cancha con pocas pulgas y le lleno la cara de dedos. El resto de la historia se las pueden contar en la comisaria 7.
Así que lamentablemente no podemos cuidarnos de los boludos que se mimetizan, solo sobrevivirlos, es parte de la vida. Parte de la vida como el hit del verano, esa canción boluda que se te pega y terminas tarareándola…

lunes, 9 de junio de 2014

Una Odisea futbolística y 148 la puta que te pario, el halcón

En la semana viajaba en micro y de repente sube un enano vestido de albañil, me pareció curioso que hablara en voz alta con alguien que supuestamente estaba junto a él. Pero el enano estaba solo…
El Fútbol, las mujeres, el arte, la música, etc. Existen pasiones difíciles de explicar y eso la convierte en únicas. Por una de ellas uno puede hacer cosas increíbles o convertirse en un monstruo social repugnante. Confieso que yo soy uno de esos, además de ser un hombre afortunado por tener una vida singularmente maravillosa donde suceden hechos extraños, a veces en cadena.
Me levante temprano, el equipo de mis amores jugaba un partido importantísimo. Así que agarre la casaca y en compañía de mi viejo fui en busca del micro rumbo al estadio porque me gusta llegar temprano. Ese fue el momento donde todo comenzó, de camino a la parada en un club un tipo les gritaba a Dios y a su cuñado. Sigo caminando un poco más rápido y al rato el tipo sale corriendo se sube a su camión le da marcha atrás con todo y lo clava en la zanja. Se baja, se para delante del 11 14 y lo empieza a putear mientras gesticula.
Su al micro, mañana de domingo ¿Cómo no esperarse una escena decadente? Donde hay un hombre dormido sosteniendo un bebe que juega con una especie de sonajero. Una chica inconsciente en un asiento con el maquillaje corrido mientras el mirón del micro le mira la bombacha porque esta despatarrada en pollera.
Cambio de micro dos veces más, con habitantes que combinan colores irrisorios donde todavía existen los jeans nevados y las babuchas animal print. Hasta llegar al viejo terruño donde hay un cartel que dice “Todo pasa, la gloria es eterna” entonces desayuno y camino a la cancha.
Horas de espera, cancha llena de todos locales y la fiesta empieza porque todos vinieron con la familia. Entonces el equipo empieza a jugar mal y sin ideas, ya hay un gordo que pasó la baranda y en la cornisa le grita al 4 que corra. Un par de jugadas, un par de macanas y termina el primer tiempo.
Empieza el segundo tiempo, los recordatorios a la madre del árbitro son más fuertes. Mantengo la cordura, pero no, un jugador se manda una fea entonces junto aire.
- Diez, dona los órganos, MUERTO -.
El gordo me festeja y le grita al técnico que meta un cambio. El técnico saca al mejor jugador, bajan los silbidos. Termina el partido, el equipo encara para el túnel y desde una platea cae una zapatilla 44 mientras otros hinchas putean colgados del acrílico.
Vamos a un desempate, el miércoles en cancha neutral y los niños lloran mientras los padres intentan consolarlos. Los viejos putean sin parar retroalimentándose entre ellos y de repente veo un enano solo llorando vestido con el equipo de ropa deportiva del club.
- Estos hijos de puta no pueden poner ímpetu por la gente, vinimos de todos los rincones del país para ver el partido - Los nenes, algún pibe lloran -. Mira jorge hicieron llorar al enano – comenta un viejo -.
- Hay que echarlos a todos. Hay un boludo que vino desde Ecuador a ver esta mierda.
Una tristeza la salida del estadio, 3 días mas de sufrimiento y espera. A tomar el micro de regreso, cada cual a su parada puteando bajito. Pero el 148 no para, sigue de largo el primero, el segundo y el tercero…
- ¡Estos Forros! ¿Sabes porque no paran pibe? Porque el 148 es el Halcón, son los de Defensa y justicia y nos tienen bronca porque les rompimos tanto el orto y todavía les duele – grita un viejo agitando su bastón contra el bondi mercedes benz -. ¡La puta que te pario halcón!
Las puteadas se multiplican seguidas de un ¡hijos nuestros! ¡Hijos de puta! Y alguien ensaya un ¡culo roto! Entonces se produce la magia, el enano se ríe, se para porque estaba sentado en el cordón de la vereda. Agita la mano y empieza a cantar.