lunes, 9 de junio de 2014

Una Odisea futbolística y 148 la puta que te pario, el halcón

En la semana viajaba en micro y de repente sube un enano vestido de albañil, me pareció curioso que hablara en voz alta con alguien que supuestamente estaba junto a él. Pero el enano estaba solo…
El Fútbol, las mujeres, el arte, la música, etc. Existen pasiones difíciles de explicar y eso la convierte en únicas. Por una de ellas uno puede hacer cosas increíbles o convertirse en un monstruo social repugnante. Confieso que yo soy uno de esos, además de ser un hombre afortunado por tener una vida singularmente maravillosa donde suceden hechos extraños, a veces en cadena.
Me levante temprano, el equipo de mis amores jugaba un partido importantísimo. Así que agarre la casaca y en compañía de mi viejo fui en busca del micro rumbo al estadio porque me gusta llegar temprano. Ese fue el momento donde todo comenzó, de camino a la parada en un club un tipo les gritaba a Dios y a su cuñado. Sigo caminando un poco más rápido y al rato el tipo sale corriendo se sube a su camión le da marcha atrás con todo y lo clava en la zanja. Se baja, se para delante del 11 14 y lo empieza a putear mientras gesticula.
Su al micro, mañana de domingo ¿Cómo no esperarse una escena decadente? Donde hay un hombre dormido sosteniendo un bebe que juega con una especie de sonajero. Una chica inconsciente en un asiento con el maquillaje corrido mientras el mirón del micro le mira la bombacha porque esta despatarrada en pollera.
Cambio de micro dos veces más, con habitantes que combinan colores irrisorios donde todavía existen los jeans nevados y las babuchas animal print. Hasta llegar al viejo terruño donde hay un cartel que dice “Todo pasa, la gloria es eterna” entonces desayuno y camino a la cancha.
Horas de espera, cancha llena de todos locales y la fiesta empieza porque todos vinieron con la familia. Entonces el equipo empieza a jugar mal y sin ideas, ya hay un gordo que pasó la baranda y en la cornisa le grita al 4 que corra. Un par de jugadas, un par de macanas y termina el primer tiempo.
Empieza el segundo tiempo, los recordatorios a la madre del árbitro son más fuertes. Mantengo la cordura, pero no, un jugador se manda una fea entonces junto aire.
- Diez, dona los órganos, MUERTO -.
El gordo me festeja y le grita al técnico que meta un cambio. El técnico saca al mejor jugador, bajan los silbidos. Termina el partido, el equipo encara para el túnel y desde una platea cae una zapatilla 44 mientras otros hinchas putean colgados del acrílico.
Vamos a un desempate, el miércoles en cancha neutral y los niños lloran mientras los padres intentan consolarlos. Los viejos putean sin parar retroalimentándose entre ellos y de repente veo un enano solo llorando vestido con el equipo de ropa deportiva del club.
- Estos hijos de puta no pueden poner ímpetu por la gente, vinimos de todos los rincones del país para ver el partido - Los nenes, algún pibe lloran -. Mira jorge hicieron llorar al enano – comenta un viejo -.
- Hay que echarlos a todos. Hay un boludo que vino desde Ecuador a ver esta mierda.
Una tristeza la salida del estadio, 3 días mas de sufrimiento y espera. A tomar el micro de regreso, cada cual a su parada puteando bajito. Pero el 148 no para, sigue de largo el primero, el segundo y el tercero…
- ¡Estos Forros! ¿Sabes porque no paran pibe? Porque el 148 es el Halcón, son los de Defensa y justicia y nos tienen bronca porque les rompimos tanto el orto y todavía les duele – grita un viejo agitando su bastón contra el bondi mercedes benz -. ¡La puta que te pario halcón!
Las puteadas se multiplican seguidas de un ¡hijos nuestros! ¡Hijos de puta! Y alguien ensaya un ¡culo roto! Entonces se produce la magia, el enano se ríe, se para porque estaba sentado en el cordón de la vereda. Agita la mano y empieza a cantar.


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