lunes, 31 de diciembre de 2012

Se termina el año, ¡que bueno! ¿Verdad?


Muchas personas creen que al llegar el fin de año y como por arte de magia va a empezar un año mejor, que sus problemas desaparecerán, pero ese pensamiento optimista del medioevo fantástico es un auto engaño influido por la propaganda positivista.
Lógicamente dura lo que dura una noche, al otro día no cambio nada excepto que tal vez tengas resaca, estés atorado de comida o tal vez drogado. Pero el lado bueno es que el feriado del primero de enero te da un día extra para volver después a tu asquerosa vida normal y rutinaria.
Así que la admitía de lo horrible de la vida dura eso, 48 horas donde la primeras 24 te la pasas organizando una celebración donde recibís gente que no vez nunca. Es solo una festividad que tenes que aprovechar para juntarte con esa gente que no ves nunca con la que supuestamente te une un lazo sanguíneo. El paradigma de la familia numerosa italiana. Poner cara de póker, por no decir un traje de hipócrita y fingir que estas interesado con las cosas que les pasan. Sabiendo que lo que a vos te pasan a ellos no les importan, porque están poniendo cara de póker igual que vos.
Repetir como loro toda esa paparruchada de “feliz año nuevo”,  repetile eso al tipo que empieza el año con el corcho de la sidra en el ojo por culpa de otro que esta esperando que lo atiendan en la guardia de un hospital pero van a tardar, porque otro boludo se voló dos dedos con un petardo mostrándole lo banana que es a sus sobrinos.
Las otras 24 horas son donde te quejas de la comida (el vitel toné es un clásico de las quejas, o lo amas o lo odias), de las visitas (del tío borracho que primero te parece gracioso y termina siendo un pesado), de que no hay nada en televisión (solo las películas navideñas que sobraron con su mensaje moralista) y notas que el primero de enero es como un domingo a ala tarde cualquiera.
Tu vida no va a cambiar porque se termina el año, si pensas eso, sos un pobre iluso que se va a dar la cabeza contra una pared (espero estar ahí para reírme de vos) y conozco a muchos influidos por la propaganda positivista llena de expectativas. Que en las películas de Hollywood pase no quiere decir que te pase a vos, no somos tan especiales sábelo. Ellos son actores a los cuales les pagan millones para hacernos creer que puede pasar, pero no, jamás nos pasara.

Por cierto, Papa Noel no existe y es solo un invento capitalista para vender más. ¿Acaso San Martín o Sarmiento lo festejaban? Es otra de esas bombas de humo como la ironía de Groucho al destacar la contradicción de Policía científica o en Argentina el concepto de Izquierda unida.

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