jueves, 4 de febrero de 2016

La teoría de los Tres Ósculos del Mecánico del Amor Salvaje

El otro día estaba en un asado cuando recordé los correos que me llegan pidiendo que agregue personajes a ese bestiario social que empecé de forma sarcástica hace años, con este blog. Estaba en un típico asado, un típico domingo, con el típico gordo tomándose un campari en la pileta, algunos de mis típicos amigos y una piba con los pelos de colores.
Cuando lo vi, al cumpleañero, el fue la clave para avanzar en este texto cuando cruzábamos anécdotas con los presentes. Mi amigo es un personaje, todos conocemos alguien así. El famoso Mecánico del amor salvaje, así lo llamo yo, algo como una pata de lana o un amante que no va a tener mucho recorrido y termina siendo como un mediador en la pareja. La chispa que renueva el fuego.
A los mecánicos del amor les gustan las minas locas, muy locas y tremendamente insanas. Esas que les dan bola. De esas pibas que si charlas dos minutos, está bien, tres minutos y te das cuenta metafóricamente que le faltan unos tornillos, toda la defensa de su equipo de fútbol o que su Jammer mental usa muletas.
Pero el mecánico del amor salvaje no se da cuenta, no quiere darse cuenta. Porque ya le gusto la chica por mas loca que este. En el 100 por ciento de los casos ella tiene novio, que es un tipo que ya perdió al estar con ella. Están en una mala relación, estancada y cerca del letargo amoroso. El mecánico del amor entra en escena, como un tipo que escucha a la chica y ella se pregunta donde estaban los hombres así como él antes. Ella empieza a darle atención al mecánico del amor, quien sutilmente empieza a bombardear las ruinas de esa relación esperando que el fuego de su pasión destruya esa inerte pareja estancada.
Entonces el mecánico del amor logra su cometido, la separación y su premio es un fin de semana fogoso. Muy posiblemente haya tenido sexo con ella antes, pero ahora es distinto. Esta libre. Recordemos que al mecánico del amor salvaje le gustan las minas locas, con problemitas y lo destruirán. Estando con el mecánico del amor, ella hará un balance de su relación con el otro palurdo. Además de seguir en contacto con el desdichado.
Entonces juega a estar confundida con los dos, al ganar atención de los dos ilusos. Claramente ya sabe cuál es su elección, nunca hubo duda y usa la frase con el mecánico del amor “sigamos siendo amigos”.
Ella solo quería que le den atención, entonces cuando su pareja que es de quien está enamorada le da bola por el peligro a perderla o porque ya la perdió a manos de otro individuo, el mecánico del amor salvaje ya no es necesario. Siempre fue una segunda selección, como esa remera mal cocida que compraste el verano, una ganga de estación.
Pero lo siniestro es que ella, mantendrá una relación de seudo amistad con el mecánico del amor salvaje, porque a veces si todo sale mal puede comer comida recalentada.
El mecánico, quien parecía ser el cazador. Termina siendo un esclavo de la atención de la chica en cuestión y cada tanto escucha frases que lo mantienen tibio, “solo vos me entendes” “en cualquier momento me separo” entre otras. Frases que lo mantienen tibio como lo que es comida recalentada.
Mientras el mecánico del amor salvaje, solo logro conseguir unos días de amor. Mientras espera, claramente conocerá otra chica muy loca para volver a comenzar el círculo vicioso. Es un animal social atrapado en círculos, espirales de amor salvaje y apasionado que durara Tres Ósculos del Mecánico del Amor Salvaje.

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