viernes, 11 de diciembre de 2015

Las señales, cuando tenes un mal día…

Existen pequeños indicios cuando vas a tener un mal día, un claro rastro matemático. Uno se levanta ya atrasado, así que cuando se apura ¿Qué pasa? Terminas tardando mucho más. Primero, no masticas el desayuno, sino que lo tragas. Segundo, tenes que decidir entre dos prendas y claramente vas a tardar más de lo habitual. Tercero, claramente dejas de ver el reloj y mientras lo haces corre más rápido, tardas aun más.
Cuarto, cuando salís hecho un bólido y cuando hiciste una cuadra recordas que te olvidaste la guitarra. ¿Volves o seguís? Es la cuestión Shakespierre, y volves. Quinto, ya pensas en correr a la parada llegas a la esquina. Quinto otra vez, te olvidaste las llaves y si o si tenes que volver porque acá no cabe duda. Tenes las llaves y ahora salís como alma que lleva el diablo para la parada del oeste, en mi caso. Entonces como una luz que te ilumina un vecino pasa en auto y te alcanza a la parada.
¿Cambio la suerte? No, sábelo es como el tipo que se cura de golpe y se va a su casa, de repente a los dos días muere. ¿Sabes porque? Sexto, el micro está lleno y tenes que ir parado con una guitarra eléctrica al hombro. Viajar en micro te convierte en facho. Séptimo, es verano y la mitad de los adolecentes que viajan en micro tiene alergia al agua y jabón desde el último verano. No son hippies, son sucios y huelen mal. Octavo, alguien vomita y ese olor acido te hace extrañar el olor a sucio. Algo que jamás habías pensado.
Noveno, llegas al trabajo y todos están más enojados que vos. Hijos de puta, si a mí me pasó de todo es injusto que estén más enojados que yo. Decimo, los de la noche usaron mi taza de café para tomar vino y no la lavaron. Hay una mosca muerta adentro, le puse Carlos. El trabajo zafa bastante porque uno está con amigos, ese es mi caso. Bueno hasta que llega ese programa, los tipos se odian. Pero se hacen los que se bancan y se mandan las mil y una. Se corrigen al aire, el es medio gangoso y ella se cree Víctor Hugo. Decimo primero, es un embole, depresivo y alta careteada hipocrita. Lo bueno dura una hora, como cuando te sacan un diente. Pero lo vivo todos los días.
Decimo segundo, Hay que pagar el teléfono. ¡Gracias! Pusieron un rapipago a la vuelta y cuando voy casi no hay cola. Un tipo con un bebe y una señora mayor que viste una prenda de un color irracional. Viste los viejos que ya están jugados y se ponen lo que venga. Entonces me doy cuenta, es la típica vieja hija de re mil puta que va a pagar un blog de hojas de cuentas atrasadas, y todo los códigos de barras andan. Aunque hay uno que no, falta un código y la vieja empieza a gritar que el numero esta en algún lado de la factura. ¿Por qué no te morir vieja de mierda? ¿Dónde está la parca cuando uno la necesita? La vieja desiste, paga más de 4000 de impuestos y me toca. ¡Vamos campeón! Decimo tercero, no hay sistema de tu línea. Estoy en la B.
Bueno, tenes tiempo para venir después. Aunque sabes que no vas a volver hoy, porque esperas un paquete para el trabajo que llega a las 14 horas. Decimo cuarto, el paquete llega a las 17 horas. Empieza a ser gracioso…
Antes de ir a tomarme una cerveza con los chicos necesito pasar por el supermercado, rápido agarro lo que necesito y me pongo en la cola de 15 unidades. Rápido y fácil, aunque decimo quinto, el tipo de adelante no tiene menos de 15 unidades y el caradura esta por agarrar unos chicles. ¡Porque no te morís! Pienso por dentro. Me invaden unas ganas de matarlo, pero me llamo a la razón y me digo “sábelo, es una mala racha y que no te domine para hacerte explotar”. Decimo sexto, me doy cuenta que me hablo como Maradona, en tercera persona como un loco. Eso me distrae lo suficiente para que sea mi turno de pagar e irme. Decimo séptimo, cuando salgo llueve.
Llego a donde tengo que dejar la guitarra, el tipo me habla bien. Sabe que tiene de malo y la va a arreglar. Decimo octavo, cuando te hablan tan bien te va a salir un vagón de plata. Esta cantado. Después de salir contento porque me hablaron bien y después darme cuenta cuanto me va a salir me encuentro con mis amigos.
Decimo noveno, llegamos al bar y el agua de lluvia se filtro e hizo un corto. No hay luz, por ende la máquina de facturar no anda y en concluyente no están atendiendo. ¿Esperar o buscar otro bar? Después de un rato vamos a buscar donde tomar una cerveza. Es jueves, principio de mes y todo el mundo salió. Después de una hora de dar vueltas, regresamos al bar y volvió la luz. Nos sentamos, pedimos y relajándome sin querer termino rompiendo mi vaso de cerveza. ¡Qué mal la estoy pasando!
Me pregunto, Vos Dios, destino, matemática o logaritmo del otro que rige el cosmos ¿Qué tenes contra mí? ¿Qué te hice? Yo sé que no soy la mejor persona del mundo. Pero que me mandes, una, dos, tres, bueno cuatro me la aguanto. Pero más de 20 es un exceso para un solo día. Espera, cuando te pasan un par de cosas malas. Dicen que después viene algo muy bueno. ¡Mentira! Eso es solo para soportar la racha y darle esperanza a los boludos, un bálsamo para no terminar deprimido abrazado a una botella o algo así.
Cuando aparecen las pistas de un mal día, lo mejor es cagarle el día a otra persona. Capas no ayuda, pero seguro me voy a divertir. Porque cuando estas cosas le pasan a otro son muy divertidas. Como ese embarazo inesperado, la paloma que caga liquido cuando tenes ropa nueva, cuando te dejan plantado o cuando llegas temprano a casa y te encontras a tu mujer garchando con el vecino. Ese gordo buenudo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario